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Urban95: 95 cm de diseño urbano

El 56% de la población mundial vive en ciudades y en países desarrollados la cifra llega al 80%. Y el diseño urbano en este contexto, ha priorizado históricamente las necesidades de los adultos, como por ejemplo la movilidad vehicular, la eficiencia económica y el crecimiento demográfico. Este enfoque ha relegado a segundo plano las necesidades de los niños, que representan alrededor del 25% de la población (menores de 12) y que dependen completamente de su entorno para desarrollarse física, emocional y cognitivamente.

Photo by Kelly Sikkema on Unsplash

La iniciativa Urban95, promovida por la Fundación Bernard van Leer, plantea un cambio de paradigma: ¿qué pasaría si diseñáramos nuestras ciudades desde la perspectiva de un niño de tres años -8% de la población mundial-? Este enfoque, que utiliza la altura promedio de un niño de 95 centímetros como marco conceptual, pone en el centro las experiencias de los más pequeños y sus cuidadores. Más allá de una cuestión de diseño, Urban95 propone un modelo de desarrollo urbano más equitativo, inclusivo y sostenible, con beneficios que trascienden a toda la población.

Una visión amplia de lo que significa la accesibilidad universal incluye también a la ciudad desde la perspectiva de los niños. A menudo, asociamos este concepto únicamente con las personas con discapacidades físicas, pero la verdadera accesibilidad universal engloba a todos: niños, familias, adultos mayores y personas con diversas capacidades físicas y mentales, creando entornos inclusivos en donde encontrarse todos.

Urbanismo pensado desde los niños

La infancia temprana es un periodo crítico para el desarrollo humano. Las experiencias que los niños tienen en sus primeros años de vida moldean su desarrollo cerebral, su salud física y su bienestar emocional. Por lo tanto, la calidad del entorno urbano tiene un impacto directo en su crecimiento.

Urban95 no busca únicamente mejorar la calidad de vida de los niños pequeños, sino que utiliza sus necesidades como un eje transformador del espacio público. Diseñar ciudades a escala infantil implica priorizar la accesibilidad, la seguridad y la proximidad, elementos que benefician a todos los habitantes.

Photo by Jamie Street on Unsplash

Los principios de Urban95 se basan en crear entornos urbanos que faciliten:

  1. La movilidad segura y accesible: Esto incluye aceras amplias, rutas peatonales continuas, ciclovías protegidas y transporte público adaptado para familias con niños pequeños.
  2. Espacios públicos multifuncionales: Parques, plazas y áreas verdes que promuevan el juego libre, la interacción comunitaria y el descanso.
  3. Acceso cercano a servicios esenciales: Guarderías, escuelas, centros de salud y mercados deben estar ubicados a distancias caminables para niños.
  4. Ambientes saludables: Es fundamental reducir la exposición de los niños a la contaminación del aire, el ruido y los riesgos viales, elementos que afectan negativamente su salud y desarrollo.

Ejemplos de implementación de Urban95

Varios proyectos internacionales han adoptado el enfoque de Urban95, sobre todo en la transformación de espacios públicos, parques urbanos y naturales, convirtiéndolos en lugares pensados desde los niños.

Natuurgebied De Esch

De Esch: Este parque urbano en Rotterdam ha incorporado una serie de adaptaciones para hacer que el entorno sea más adecuado para los niños, como zonas de juego seguras, caminos peatonales protegidos y espacios con vegetación que fomentan la interacción social.

Speeldernis

El Speeldernis, también ubicado en Rotterdam, Países Bajos, es un ejemplo destacado de cómo el diseño urbano puede centrarse en la perspectiva de los niños pequeños, alineándose con los principios de Urban95. Aunque no fue desarrollado directamente bajo esta iniciativa, su enfoque comparte muchos de los valores centrales: seguridad, accesibilidad, estimulación sensorial y juego libre en entornos naturales.

Go-Kids Rotterdam
Iwan Baan/BIG/Superkilen

Superkilen Park: Un ejemplo emblemático de la intervención urbana que incorpora el concepto de inclusión y seguridad para todas las edades, incluyendo zonas de juego diseñadas para niños pequeños. El parque también promueve la movilidad activa, ofreciendo rutas peatonales y en bicicleta seguras.

Enghaveparken, Caroline Meldgaard

En el barrio Vesterbro (Copenhague, Dinamarca), varios espacios públicos han sido rediseñados como parte de iniciativas de urbanismo sostenible e inclusivo. Un ejemplo concreto es el Enghaveparken, un parque renovado para mejorar la calidad de vida de los residentes, con áreas de juego para niños, zonas verdes y espacios para la interacción comunitaria.

Parque La Mexicana

Parque la Mexicana: En el corazón de Santa Fe, este parque ha sido adaptado para ser inclusivo, ofreciendo zonas de juegos, espacios verdes y caminos peatonales que permiten que los niños disfruten de un ambiente seguro y estimulante.

Diseñar ciudades desde una altura de 95 centímetros nos recuerda que una ciudad que funciona para los niños, funciona para todos.

Iniciativas similares en Latinoamérica y Chile

En Latinoamérica, varias ciudades han adoptado enfoques similares al de Urban95, impulsadas por la necesidad de abordar desigualdades urbanas y mejorar la calidad de vida de las familias en contextos urbanos. En Chile, una iniciativa destacada es el programa “Ciudades Amigables con la Infancia”, promovido por la UNICEF Chile. Este programa busca integrar las necesidades de los niños en la planificación urbana, asegurando que los espacios públicos, las escuelas y las áreas de juego sean accesibles, seguras y estimulantes.

En Santiago, proyectos como “Parques de Bolsillo”, desarrollados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), han transformado espacios urbanos subutilizados en áreas verdes accesibles para niños y familias. Aunque no están específicamente diseñados desde el enfoque Urban95, estos parques fomentan el juego y la interacción comunitaria en barrios con alta densidad poblacional.

En Bogotá, la estrategia “Caminos Seguros al Colegio” ha servido de inspiración para otras ciudades latinoamericanas, como Lima y Ciudad de México, que han implementado proyectos para garantizar entornos escolares seguros y fomentar la movilidad activa.

Por último, a nivel regional, la Iniciativa Latinoamericana por Ciudades Sostenibles y Resilientes (ILCSR), liderada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha comenzado a incluir la perspectiva infantil en sus planes urbanos. Esto incluye desde la mejora de la infraestructura escolar hasta la creación de espacios públicos que promuevan el desarrollo temprano, en colaboración con gobiernos locales y organizaciones comunitarias.

Urban95 nos obliga a repensar las ciudades desde un punto de vista muchas veces ignorado: el de los más pequeños. Este enfoque no solo nos invita a priorizar su bienestar, sino también a reflexionar sobre cómo nuestras ciudades pueden volverse más humanas, equitativas y sostenibles.

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